Una casa salesiana se distingue por ofrecer a niños, niñas y jóvenes un itinerario de educación en la fe, adaptado a las distintas edades y en constante actualización. Para nosotros, educadores salesianos, el crecimiento en la fe es un pilar esencial en la formación integral de cada persona.
Esta propuesta se desarrolla fuera del horario escolar, en un ambiente cercano y familiar, donde los participantes acuden de forma voluntaria y pueden compartir experiencias desde la alegría y la confianza.
A través del juego, la fiesta, las dinámicas de grupo y los momentos de reflexión, los chicos y chicas aprenden a vivir y madurar su fe de manera natural y compartida. Además, organizamos convivencias con otros colegios y centros salesianos, celebraciones en el colegio y campamentos de verano que fortalecen la amistad y la experiencia comunitaria.
Los grupos están acompañados por un equipo de animadores voluntarios —profesores, alumnos de Bachillerato y exalumnos del colegio— que ofrecen generosamente su tiempo y entusiasmo para acompañar a los más jóvenes en su crecimiento humano y cristiano.